Maximizando Eficiencia y Ahorros con Flejado y Retractilado: el SGA como asistente
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El almacenamiento y desplazamiento de productos voluminosos y de gran tamaño suele ser fuente de problemas en muchos almacenes. El flejado y el retractilado aportan una solución gracias a la sujeción de dichas cargas, manteniéndolas unidas y organizadas.
La integración de estos procesos en el SGA permite su optimización y facilita el etiquetado.
A lo largo de este artículo explicaremos el detalle de su funcionamiento y sus muchos beneficios.
¿Qué es el flejado y retractilado?
Aunque comparten características en cuanto a su funcionalidad, el flejado y el retractilado son dos procedimientos diferentes. Para entender cada uno en su contexto, los analizaremos por separado.
¿Qué es el flejado?
El flejado es una solución logística de embalaje para maximizar la seguridad y la eficiencia en el almacenamiento y transporte de mercancías.
Consiste en unir un conjunto de mercancías mediante un cordón denominado fleje. Este puede fabricarse en diferentes materiales según las necesidades o las condiciones a las que va a estar expuesto en almacén. Lo más común es que sea de plástico (menos resistente) o de acero (recomendado para almacenes de sectores como el de la construcción, en los que el fleje está expuesto a tracciones).
El transporte de cargas individuales supone costes económicos, temporales y físicos, especialmente si estas son voluminosas. Agrupadas, los desplazamientos (y los costes asociados) se reducen. Además, su almacenaje resulta más compacto y estable.
Además de facilitar la manipulación de bultos, el flejado posee otras aplicaciones:
- Reforzar el cierre de embalajes con tendencia a abrirse (como cajas).
- Reducir el número productos almacenados individualmente y agruparlos en bultos más compactos y estables.
- Fijar las cargas a las superficies de palets, remolques o plataformas, reduciendo el riesgo de desprendimientos.
- Garantizar la inviolabilidad de las mercancías, pues el fleje impide acceder a ellas sin romperlo antes (lo que por otro lado avisaría de que la mercancía está dañada y debe retirarse).
Diferentes tipos de flejado según orientación y automatización
El sistema de flejado puede ser de diferentes tipos según características como el peso o las dimensiones de las mercancías o la orientación en las que estas se disponen:
- Flejado horizontal o lateral: recomendado para productos con superficies lisas o que pueden agruparse por capas.
- Flejado vertical: permite unir los productos entre sí y fijarlos al palé.
O también según el nivel de automatización del proceso:
- Flejado manual: se requiere la intervención de un operario que se encargue de trasladar las mercancías hasta la estación de embalaje y de colocar adecuadamente el fleje (bien tensándolo si es de plástico o soldándolo si es de metal).
- Semiautomático: el operario lleva la mercancía al punto de embalaje, pero una vez allí un equipo robotizado guiado por el Software de Gestión completa el flejado.
- Automático: no hay intervención humana más allá de la necesaria para programar las tareas en el SGA. Tal y como recoge este estudio, la automatización total permite que los operarios se dediquen a otras tareas más productivas.
El proceso de flejado para estibar y organizar mercancías
Durante el flejado intervienen varios elementos y procesos secundarios, habiendo múltiples alternativas para agrupar y estibar los bultos. La decisión entre un sistema u otro dependerá de las características de las cargas y del nivel de automatización disponible en almacén.
No obstante, en términos generales el proceso consta de las siguientes fases:
- Colocación de los bultos en la posición correcta de forma manual, automática o semi automáticamente.
- Colocación del fleje y posterior tensado de este para asegurar la óptima sujeción de la mercancía sin dañarla.
- Unión de los extremos del fleje para que estos queden sellados sobre sí mismos. Para ello, según el material del fleje y las herramientas de flejado, pueden usarse soldaduras por ultrasonidos, sellado por calor, hebillas de metal o galvanización.
En una última fase, si existe integración con el SGA, se incorpora una impresora que genera y coloca la etiqueta con la referencia, que a su vez queda registrada en la base de datos.
Los beneficios del uso de flejes en productos voluminosos o a granel
El flejado aporta grandes beneficios para el transporte y almacenamiento de mercancías pesadas. También para aquellos productos de pequeño tamaño pero que, por su morfología, resulta más fácil manipular cuando están agrupados.
Estos beneficios se traducen en resultados concretos a la hora de medir la productividad y la seguridad del almacén. Estos son algunos de ellos:
- Minimización de costes: se reduce la intervención humana, liberando a los operarios de una tarea peligrosa y mecánica.
- Maximización de la seguridad: agrupadas las mercancías ganan estabilidad, lo que reduce las pérdidas o desperfectos pero también el riesgo de accidentes humanos por desprendimientos.
- Mejora en la cadena de suministro: los movimientos (y el tiempo dedicado a ellos) no solo se reducen, sino que se optimizan y rentabilizan. En este estudio realizado en una empresa cartonera los resultados en este sentido fueron muy favorables.
- Aumento de la satisfacción del cliente final: los productos llegan en mejores condiciones y con un aspecto más ordenado.
- Alto grado de automatización y personalización: la integración con el SGA permite programar el sistema de flejado según necesidades.
¿Qué es el retractilado?
Igual que el flejado, el retractilado es un sistema de embalaje que permite la agrupación de unidades en un solo bulto. En lugar de un cordón flejador, en el retractilado el empaquetado se realiza con un papel film termoplástico. Su flexibilidad y reacción al calor le permite contraerse y adaptarse totalmente a la forma específica de cada producto.
Este material, que envuelve la totalidad de la mercancía, la protege de suciedad, daños superficiales y manipulaciones externas. Esta protección resulta realmente útil y beneficiosa durante el transporte de las mercancías.
El retractilado puede ser primario, secundario o terciario según el contacto que el plástico mantiene con la mercancía. Por ejemplo, el producto individual puede estar primeramente envuelto con un plástico y luego utilizar el retractilado para agrupar varias unidades. Esto es algo común en la industria alimentaria.
La automatización en el proceso de retractilado
Según las características de producción del almacén el proceso de retractilado puede estar más o menos automatizado.
Por ejemplo, empresas que buscan agilidad y gestionar un alto número de unidades optan por sistemas automáticos, mientras que aquellas cuya producción lo permite mantienen un método de retractilado manual.
- Retractilado manual: el operario interviene durante todo el proceso, colocando de forma ordenada los productos y envolviéndolos todos juntos con el film. Luego aplica calor con una pistola de aire caliente para contraer el plástico y que este se adapte a la anatomía del bulto.
- Retractilado semi automático: el operario es asistido por una máquina de retractilado que, una vez envuelta la mercancía, se encarga de calentar y sellar el film.
- Retractilado automático: unas cintas transportadoras desplazan los productos a la estación de retractilado. Una vez colocadas, la retractiladora primero coloca el film sobre la mercancía y luego la pasa al túnel de calor, donde se completa el proceso.
Los beneficios del retractilado en almacén
El retractilado y el flejado aportan los mismos beneficios al transporte y almacenamiento de los productos. Todo el proceso se optimiza, minimizando los tiempos necesarios para desplazar mercancías y maximizando el uso del espacio disponible en almacén.
La gran diferencia es que el retractilado protege las mercancías de daños superficiales como arañazos o pequeños golpes en toda su superficie. Esta es su gran ventaja frente al flejado, que no cubre el bulto al completo.
Por esta razón es común que en los almacenes se combinen ambos sistemas. Así se asegura una correcta y total protección de los productos al mismo tiempo que se favorece su gestión y manipulación logísticas.
¿Cómo mejorar la eficiencia del flejado y retractilado?
Igual que el uso de clasificadores en el inventariado, la automatización de la cadena de embalaje y su control a través del software de gestión repercute en grandes beneficios para el almacén.
La integración del flejado y retractilado en el SGA
Como ya hemos adelantado, la integración en el SGA en el flejado y retractilado maximiza la eficiencia, la productividad y el rendimiento de estos procesos en concreto y del almacén en general.
Para ello es imprescindible que desde el SGA se controlen todas las fases y los equipos (humanos y robóticos) implicados. De este modo aquellos procesos complementarios al embalaje, como puede ser el etiquetado de la mercancía, comparten datos.
El SGA también es el responsable de reducir y optimizar los movimientos en almacén. Su integración con el retractilado y el flejado calcula qué productos deben agruparse o la ubicación adecuada para su almacenamiento.
Al mismo tiempo, el software de gestión se encarga de generar automáticamente las etiquetas necesarias para referenciar cada bulto. Lleva también un registro exacto de la cantidad de flejados o retractilados realizados y, por tanto, la cantidad de productos que han sido agrupados en un solo lote.
¿Buscas mejorar los procesos de tu almacén a través de la automatización del flejado y retractilado? Nuestros profesionales de la logística te ayudan a implementar los cambios.